Como horizonte civilizatorio alternativo a la modernidad capitalista, se ha propuesto el suma qamaña, en aymara: el vivir en armonía con la Madre Tierra y entre los seres humanos; pero ¿cómo se han formado esas categorías?, ¿qué otras formas de entender la vida habían y también de cualificar lo bueno?
La idea básica es jaka <vida>, que proviene del puquina, JAKANO <vivir>, pero en aymara jakaña mantiene cuatro significados: la <placenta, útero> que cobija la vida, la <vida> en sí o lo que no está muerto y apagado (jiwata), el <habitar> o radicar en una morada, y el <sanar> o curarse la herida, cicatrizar; este verbo puede afinarse en otras categorías, como jaktaña <empezar/recobrar la vida>, jakkiri <que vive aún>, etc. Igualmente en jaqaru (del aymara antiguo central) es jaka <vivir>; no obstante en quechua se mantiene como kawsay <tener vida>.
Estando en el cosmos transcurrimos, somos pasajeros, estando en la tierra somos caminantes, saraña <ir, andar>; pues empezamos, vamos, llegamos, seguimos. Es una concepción generada por los viajeros aymaras hacia el sur (no está en jaqaru), diversificándose en varias subcategorías: sartaña <levantar(se)>, sarantaña <enrumbar>, sarxataña <ir encima> o empezar, sarthapiña <caminar uno al otro>, saraqaña <bajar>, sarayaña <conducir>, sarawi <itinerario cultural>, sarnaqaña <deambular> —o mejor: andar de aquí para allá ocupado o dedicado a propósitos correctos, por eso un iwxa <aforismo> dice jaqjamaw sarnaqaña <como gente hay que andar>—, sarnaqawi <costumbre> o acervo de lo recorrido, saramukuña <abandonar>, saraskaña <estar yendo>, etc. En puquina hay tres términos esno <ir> o gono <ida>, pero la categoría englobante es KHICHGANO <tener andanzas o vivir en el mundo> (Laime, 2022); y en quechua es riy <ir>, puriy <caminar>.
En ese caminar, podemos establecernos también, quedarnos en un lugar, utjaña <habitar>, aprovisionarnos y existir en un sitio. En aymara _uta_ es <casa>, pero adquiere tres sentidos: el <existir> o tener realidad, la <provisión> o tener almacenado y el <habitar> o residir; esta forma de ‘vivir’ tiene que ver con ‘lo que hay’ o lo que se tiene en el mundo y entre los humanos (su hogar), el aprovisionamiento; que igualmente se diversifica: utjkaya <habitable>, utjthapiña <convivir>, utjawi <vivienda>, etc. También en jaqaru es uta <residir, vivir>. Pero en puquina se tenía el verbo KANO <existir, ser, haber> —y _aschano_ <existir, tener> o ascheno— diferente de isu <casa>; similar que en el quechua: kay <ser>, tiyaq <que está> y wasi <casa>.
Pero ya sea que estemos de paso por el camino o que nos quedemos en el hogar, siempre buscamos disfrutar la estadía, qamaña <estar bien>, en comodidad, en un lugar y tiempo. Proviene del puquina GOMANO <morar>, pero mantenido por los aymaras viajantes (porque no está presente en el jaqaru) cuyo significado es <estar o pasar>, es decir qama es <estadía>, que entraña el sitio (qamaña por ejemplo es un lugar para merendar en el pastoreo) e implica el tiempo, disfrute y compañía (digamos, <compartir el día>) . Puede incluir la comodidad material (de ahí que qamiri sea <el que posee riqueza>) pero excluye la desarmonía, el desequilibrio . Entonces el qamaña significaría algo como <estar agradablemente un período de tiempo con otros en una morada> . También en chipaya es qamz.
El suma <bien> proviene del puquina (no está en jaqaru), SUMANO <buen vivir, vida íntegra, material y espiritual> (Laime, 2022); pero esa plenitud en aymara se quedó como <deleite> que (más allá del placer fugaz) significa el gusto y complacencia, lo agradable que puede ser alguien o algo, ya sea en la bondad (como la franqueza, la empatía y emoción), o en el disfrute y goce (como el saborear un alimento). En quechua es sumaq <exquisito, bello>.