CASA: UTA, TAPA

La casa como nido

Los que habían ayudado en el techado de la casa (para los recién casados) solían expresar tapacht’awäraqapxsmawa <ya te lo hemos hecho el nido>, deseándoles que ahí se cobijarán y se criará el jaqi; celebrándolo con el achuqalla: bailar pinkillu, cantar a la casa y chicotearse para ahuyentar a los saxra de la nueva morada. Por lo tanto, la vivienda es un nido, hecho en la tierra —por eso se lo ch’alla evocando la tira wirjina—, pero no es solo barro, es también vuelo. Es de las aves del cielo: el cóndor y el halcón; de ahí que el nombre ritual de la casa es kuntur mamani. Y cuando se la ch’alla, a la casa se pide protección: sum k’inchhxasipxitäta <bien nos vas a guardar> —k’inchhuña <custodiarse> (como cuando se coloca piedritas a la faja para ser fuertes).
¿Cómo fue cambiando esa forma de anidar? ¿Cómo habría evolucionado la construcción de la vivienda, desde la rivera del río, la pampa y la montaña? En Sullkatiti (prov. Ingavi) se tiene algunos vestigios. Hasta los años 1940 había aún algunas ch’ampha uta <casa de tepe> —que en Pacajes suele llamarse chullpa uta—, en la parte de la pampa cerca del río, de base circular (muruq’u) y cónico —a la manera de las casas chipayas—; pero que ya era solo para iwij wilaña <velar ovejas>, cuyo corral también era hecho de ch’ampha. Las piezas de tierra con pasto enraizado se sacaban con wiri <arado de mano>, uysu, del río o humedal.
K’amphi uta <casa (techo) de piedra>. En las montañas las viviendas, circulares pero más rectangulares, se edificaban con piedras; vemos ahí que no solo alojan cuerpos, se esculpe el tiempo. El techo como cúpula se formaba cruzando piedras largas —k’umphiña <volcar>—, desde las esquinas hasta la cima (ch’utu); una variante era qala saythapita <piedra [plana] parada de ambos lados>, para techo de dos aguas. Para las paredes las piedras se cincelaban con combo; pero seguramente antes se labraba con qhasqha qala <piedra dura> —de color azulado (larama), la piedra volcánica al parecer se traía de un cerro de Yawriri, de chilla janqhara <peña de chilla>; además los abuelos tenían tales piedras en forma de hacha para golpear la carne.
En la pampa los bisabuelos ya hacían la pared de taphilaya <tapial>, más ancho en la base y más angosto en el remate, en forma rectangular, con la puerta al este, con qära <mojinete> a los lados, donde descansa la cumbrera, al que se apoyarán los q’iru <palos ordenados para sostener el techo>, amarrados con llawirja <lazo hecho del cuero del cuello de llama> o con phala <cuerda torcelada de paja machucada>, como tejido de la tierra. Sobre el q’iru se colocaba la jisqhara <(des)tapado> o la primera capa de pajas largas (como waylla) —o, como innovación, la alfombra de ñiq’i <barro> apisonada con paja—, sobre la que se acomodarán las pajas sup’ita <peinadas e igualadas>, que puede ser iru (en la pampa), ch’illawa o sikuya.
Al interior, aparte del patät’i <catre fijo> de adobe o piedras planas (debajo del cual podrían estar los cui), a un costado estará la cocina de barro con dos ojos (qhiri), y a su lado los sitios para las ollas, yurus, platos… y al otro lado el phäñ watu, el pequeño corral para las bostas y taquia —en utänqa <patio> también estarían las pirwa para guardar bosta, y almacenar cereales o alimento deshidratado (chuño, charque). Ahí es donde se vive, utjaña <existir> —que tiene los sentidos de <haber>, <habitar> y <provisión>—, pero una casa abandonada es pasible de ser ocupada por los ñanqha <dañino>.
La cocina no solo provee fuego —que se mantiene con bosta húmeda, pero solían decir qarwa jamallachimpiw nina qullasiña <con sirle (que es como choclo) de llama hay que curarse el fuego>—, sino que vigila, escucha, responde. Es la qhiri awicha <abuela fogón> que cuida; por ejemplo si iwij t’aqarpärsna <olvidamos algunas ovejas (de noche)>, había que amarrar con honda a la piedra moledora y pedir a la qhiri awicha que cuide a las ovejas (que no las coma el zorro), o hay que echar algo de sal al fuego (que suena) y con eso la awicha sabe estar hondeando constante a los sarxa <maligno>; pero siempre hay que echar quinua y cañahua a las ascuas, que es como el alimento para la abuela.
[En base a conversaciones con mi mamá Narcisa Ajacopa]

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1 comentario en “CASA: UTA, TAPA <NIDO>”

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