29 de septiembre de 2024

Se dice que un saber está justificado si es racionalmente aceptado, si es consensuado en una comunidad y puede defenderse argumentativamente en todos los contextos posibles.

En aymara, si la justificación es discursiva —porque puede ser enactuada también—, en el marco de los valores de orientación que son la escucha silenciosa (amuki ist’aña) y la clarificación elocuente (qhananchaña) de algo puesto en duda, se tiene varias funciones del lenguaje:

1) la voz, laka <boca>, para no abstenerse de opinar, incluso ser malhablado (lakarara <bocón>) y ‘tragar’ regañando (manq’antaña);

2) la palabra, aru <locución>, para dialogar desde uno (mayni), como el proferir (aruña), el soliloquio (arusiña), expresar o confesar (arsuña), deliberar (aruskipaña) —de donde deriva aruskipt’asipxañanakasakipunirakispawa—, defender (arxataña), llamar o gritar (art’aña), responder (arkataña), saludar (aruntaña), difundir (arusnaqaña) y otros;

3) el discurso, saña <declarar>, para transmitir desde todos (taqini), citando el contenido que manifiesta alguien o la comunidad —de donde salen los sawi <aforismos>—, que se puede anunciar, como el ir a comunicar (saniña), informar al pasar (sawayaña), exponer o continuar insistiendo (saskakiña), o aseverar sin corroborar (sañakipï);

4) el consejo, iwxa <encargo>, para persuadir, reflexionar y modificar la conducta, como las recomendaciones de los/las mayores a los/las menores en los momentos críticos, como el encargar (iwxaña), exigir con aprecio (iwxt’aña), ir a encomendar (iwxaniña) o saturar con consejos (iwxsuña);

5) la crítica, k’umiña <reprochar>, para censurar o desaprobar las conductas anómicas y corregir lo indebido, por lo que se teme a los que reconvienen (k’umisiri), aunque alguien muy fácilmente puede juzgar (k’umikiriwa);

6) la aserción, irkataña <enrostrar>, para atestiguar, encarar a los acusados o predecirse, ya sea a través de avisar de frente (irkataña), instruir o enviar una encomienda (irayaña), atinar o avisar (a alguien) lo que le sucede (irt’aña) o adivinar y quedarse con el presagio de los sueños (iraqaña). En cuanto a los actos de habla hostiles en situaciones de conflicto se tiene:

7) la amonestación, tuqiña <reñir>, para corregir con sinceridad o reparar un error cometido, como el recriminar (tuqjaña), agraviar (tuqinuqaña), altercar (tuqintaña) o molestarse (tuqtasiña);

.😎 la discusión, jaychaña <increpar>, para humillar sin justificativo o por motivos de tiempo pasado, como el discutirse (jaychasiña), vilipendiar o invalidar (jaychanuqaña);

9) el reclamo, chuchaña <protestar>, para hacerse oír o expresar desagrado, enfado y reprobación aunque sin dirigirse a un destinatario, como el despotricar solo (chuchanuqasiña), rezongar (chuchakiña) o murmurar —que también es sipsiña <musitar> map’usiña—; y

10) el debate, juchikiña <disputar>, para iniciar y mantener la discrepancia sin llegar al consenso, como ingresar a la discordia (juchikxaña) o persistir en la discusión (juchikiskakiña).

FALACIAS EN AYMARA

Por otro lado —descartado los límites del diálogo: el ch’ujukïña <ser silencio nomás> y el luqhitiña <hablar locamente>—, entre las faltas del discurso o, lo que es lo mismo, entre los roles inadecuados del hablante, se pueden mencionar los siguientes:

sallqa <engañador> o alguien astuto y tramposo,

k’ari <mentira> o alguien que calumnia y habla falsedades,

ch’uxña <hipócrita> o t’urusiri <revesero>, alguien que injuria en ausencia del afectado,

pantja <equívoco> o alguien que comete error y desacierta,

pixtu <enredo> o quien confunde y genera embrollo,

pituña <embarullar>, jiruña <revolver> o quien perturba el consenso ocasionando antagonismos, divisiones y beligerancias.

Sin embargo el vicio general de la argumentación es la ineficacia y el chisme:

el inamay arusiña <hablar en vano>, puesto que sería un discurso sin capacidad de realización o con una finalidad sin logro —el descrédito es por lo impracticable, o porque no se propone algo factible, así que inaw ch’aqhulliski <en vano su perorata>—, y

el sañaki <solo hablar>, porque la narración o noticia solo sería un rumor, basada en dichos no verificados o fuentes inexistentes —es un discurso gratuito, como cuando jupakiw aru lurt’ixa <él nomás ha hecho la palabra>, o transmiten un supuesto dicho, siw sapxi <dice dicen>.

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